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Rothfugio

Mi vida en Estocolmo (2º Bloque)

Mi vida en Estocolmo (2º Bloque)

[5ª PARTE]

Acabo de llegar. Son las 2:20, más o menos, de la madrugada (y ya empieza a clarear en el horizonte si se pone atención, esto es la bomba). Durante esta semana ha habido inicios de trabajo en el laboratorio.

He empezado a moverme, ya sé (más o menos) dónde están las cosas y sé cómo manejarme: a mi bola. En este grupo la gente va completamente a su bola. No sé si es porque el jefe es sueco, si porque estamos en Suecia o por qué, pero todos van a su bola. El jefe es el jefazo, es Dios, la verdad es que tengo mucha suerte de estar en un grupo como éste, donde además buscan gente nueva de postdoc que se incorpore para trabajar en los proyectos que tienen. La rusa va a su bola, el japo y el chino ni os cuento; el único que se relaciona de forma "normal" es el mejicano, lógicamente, así que me está ayudando bastante a desenvolverme por aquí. Ayer tuvimos seminario del jefe, contándonos todos sus planes de futuro para el grupo, y la verdad es que acabé alucinado de la cabeza (y los medios) que tiene. Sólo espero poder dar la talla estos tres meses y luego ya veremos. Si el año que viene pinta en bastos (o en diamantes, quién sabe), por lo menos ésta es una opción a tener en cuenta, sin duda.

Por la tarde había una fiesta en el CMM (Centro de Medicina Molecular) del Karolinska, aprovechando la final de la Champions; cantidad de suecos con la bufanda y la camiseta del Barça, qué cosas (sin contar con los españoles, que también había unos cuantos). Así que el mejicano y yo nos pusimos a "platicar" y beber cerveza hasta que se acabó, y conocimos (por fin) al americano afincado en Estocolmo que está en nuestro pasillo y que parecía tan estirado. Resultó ser un tipo bastante simpático, un friki de la biología como nosotros, y nos pasamos toda la noche hablando de todo un poco. Cuando llegué a mi cuarto, con unas cuantas cervezas, mucho cansancio y sin la última de mis trenza-rastas (una sueca me la arrancó de un tirón), caí muerto en la cama hasta esta mañana.

Hoy más de lo mismo (de momento) en el laboratorio; además un seminario muy interesante sobre epigenética y expresión de variantes histónicas de un tipo de la Universidad de Oslo, y por la tarde he quedado con Meri, una amiga española afincada en Estocolmo desde hace cosa de un año. Hemos ido al "Medusa", en Gamla Stan (sí, ya sé que sólo salgo por ahí, pero de momento está bien, ya conoceré más cosas). Es un sitio más o menos heavy (no de apariencia, pero sí de música y gente), con un montón de recónditos lugares en el sótano, muy bien montado. Hemos tomado cerveza, hemos charlado de todo un poco y más, me ha puesto aún más al corriente del estilo de vida sueco y hemos conocido a un chileno de origen viviendo en Suecia con casa en Barcelona, que casi no hablaba castellano, a su novia noruega y a su colega más sueco imposible. Nos han invitado a unos chupitos y después hemos cogido camino a casa. Pero el autobús no pasa toda la noche (como yo pensaba), aunque casi, y en la parada se nos ha acercado una chica de Lituania a preguntarnos cómo podía volver a su casa. Así que al final hemos caminado los tres juntos hasta Centralen y ahí cada uno ha cogido su autobús, después de contarnos la vida y milagros de cada uno y reírnos un poco bastante de la pronunciación sueca. Toda una noche, bastante divertida. Ah, y esta tarde compré cenita (¡qué hambre!).

Y hasta aquí puedo leer, porque hasta aquí puedo escribir. Nos veremos en la próxima entrada.

Hej då!!

P.D.- El martes me mudo a la residencia en Jägargatan, ya veremos...

[6ª PARTE]

Debo decir antes de comenzar esta misiva que estoy en el laboratorio, muerto de sueño, con el equipaje arrinconado en una pared y sin alojamiento para esta noche, porque me han echado de aquí antes de lo previsto, pero citando a Michael Ende en "La Historia Interminable": "(...) Eso es otra historia y debe ser contada en otro momento (...)". Y relataré a continuación algunos hechos acaecidos durante el fin de semana.

El viernes el plan fue de nuevo quedar con María, recogerla en el restaurante en el que trabaja, conocer a sus compañeros españoles de origen latino afincados en Estocolmo y salir de nuevo al Medusa a buscar ambiente rockero. Nos juntamos allí con Per, un sueco que sale solo a divertirse, y estuvimos charlando de las diferencias culturales y de música, lo cual empieza a ser típico entre personas de distinta nacionalidad. Así que cuando cerraban María hizo un "repasito español": darse una vuelta por el garito a ver qué encontraba. El premio: UNA TARJETA DE CRÉDITO. Como bien sabréis (y si no os lo cuento), en Estocolmo se puede pagar todo con tarjeta y no te piden identificación, ni siquiera necesitas el PIN. Así que tuvimos un ligero dilema moral entre hacernos los suecos o hacernos los suecos, me explico; o hacernos los suecos y pasar de todo y quedarnos con la tarjeta y aprovecharla para una buena noche gratis, o hacernos los suecos, actuar como ellos y devolver la tarjeta al camarero para que la guardara por si la reclamaban. La opción elegida fue la segunda, no sin dificultad, pero sí con dignidad. Y nos fuimos cada mochuelo a su olivo pensando que habíamos actuado bien (lo cual no quiere decir que no nos acordásemos durante el fin de semana de todo lo que podríamos haber sacado de ese minúsculo pedazo de plástico de colores...).

El sábado las cosas empezaron a cambiar; el clima se portó bien y aunque yo soy vampiro y ser nocturno y me quemo con el sol, agradecí que no hubiera ni una sola nube en el cielo y que hubiera 31º C de temperatura. Diego, uno de los españoles que conocí en la fiesta del CMM el miércoles, me invitó a una barbacoa con ellos en Hagaparken, el "Central Park de Estocolmo", con un lago que tardas 3 horas en bordear caminando. Una auténtica maravilla de día, con gente tomando el sol por todas partes, jugando a cualquier cosa por todas partes, haciendo botellón en cualquier rincón, y el resto de la gente, españoles, armenias, suecos, alemanes y yo con nuestra cerveza de malta y nuestra rica carne deshuesada disfrutando del sol, el ambiente, la tranquilidad, la conversación y los nuevos amigos.

Por la noche se repetía el plan de la noche anterior: ir a recoger a María y de ahí al Medusa. Esta vez nos fuimos con más ganas incluso que la noche anterior, y aunque pensamos en cambiar de sitio para no aburrirnos de lo mismo decidimos que era lo más barato (en fin de semana la entrada cuesta 60 SEK, unos 6 euros) y lo que mejor ambiente tenía. Y fue todo un acierto, ya que al llegar a la puerta el señor gorila enorme de 2x2x2 (lo mires por donde lo mires) nos prohibió el paso a la taquilla y nos metió directamente en el bar, que ya eran tres días seguidos yendo allí y nos conocía, así que fue muy majete.

Y ayer domingo el plan era tranquilo: dar una vuelta por Estocolmo para turistear y hacer fotos, y después de comer volver a casa (y cuando digo "casa" me refiero a la habitación donde se supone que iba a dormir hoy pero de la que me han echado antes de tiempo) a preparar el seminario que tengo que dar en el laboratorio el miércoles (y que aún no tengo ni idea de cómo lo voy a hacer). Así que quedé con María (me viene muy bien porque ella me enseña la ciudad y ambos nos servimos mutuamente para contarnos las cosas y entablar una estrecha relación de confianza, lo cual siendo nuevo en una ciudad es un alivio) en Fridhemsplan, a 6 minutos en autobús de donde vivo (o vivía hasta hoy) y de ahí fuimos caminando hasta Norr Mälastrand, una especie de paseo marítimo donde en lugar de playa tienes bosque y unas preciosas vistas a Söder Mälastrand, en Södermalm, la parte sur de la ciudad, y al casco viejo, Gamla Stan. Era fantástico contar con un tiempo tan bueno como el del día anterior (y hoy sigue así, es muy poco común aquí) y llegamos al ayuntamiento (Stockholms stadshus), hicimos unas fotos, disfrutamos del sol y la brisa y nos dirigimos hacia el centro para comer. Nos hicimos cargo de una enchilada y unos burritos en una especie de centro comercial donde puedes elegir qué tipo de comida quieres tomar en un montón de "stands" distintos alrededor de una zona común para sentarse, y fuimos a hacer la típica sobremesa española. Caminamos por el centro y nos sentamos en una terraza para disfrutar del café y ahí nos relajamos del día y pensamos que íbamos a estar muy tranquilos. Y mientras continuábamos con nuestras conversaciones oímos a una mujer que decía en castellano: "No, aquí no nos sirven cerveza con alcohol a estas horas". A lo que María contestó, dirigiéndose a ella: "A estas horas ni aquí ni en ningún sitio, pero nosotros podemos llevarles a un lugar para tomar cerveza, si quieren". Total, que resultó que nos juntamos con dos matrimonios mayores de españoles, de San Sebastián concretamente, que llevaban un par de días en la capital sueca y mañana viajaban a Helsinki y de ahí a San Petersburgo (gente con tiempo y con pasta, por lo que contaron después). Y paseamos con ellos, les contamos todos los secretos de la vida sueca (yo aún tengo mucho que aprender) y nos invitaron a cerveza por haberles dado una tarde tan fantástica. El caso es que a eso de las 19:30 decidimos que ya no íbamos a poder ir a todos los sitios que queríamos, y decidimos ir hasta Hornstull en el Tunnelbana o T-bana (el metro de aquí) y de ahí caminar por Långholmsgatan hasta el puente de Västerbron, cruzarlo, disfrutar de las impresionantes vistas de toda la ciudad desde ahí y volver andando por Rålambshovsparken (un parque donde las suecas se tiran en bikini a tomar el sol como en la playa y como en cualquier rincón de la ciudad) a nuestro punto de partida, Norr Mälastrand. Allí nos acercamos al bar en un embarcadero, sobre el agua (se me acabó la batería de la cámara de fotos), a tomar una cerveza en plan tranquilo mientras veíamos cambiar el color del cielo, pasando por todo el espectro de luz visible, hasta la puesta de sol (que ya no es completa; ahora mismo la "noche" se alcanza a las 01:00 y despunta el alba a eso de las 3:00). Después de dos cervezas un tipo delante de nosotros gritó: "¡Hey, vinieron de España, güey, acérquense con nosotros!". Y ni cortos ni perezosos comenzamos una noche surrealista cuando el día iba a acabar. El panorama era el siguiente: un chileno, una chilena, un guatemalteco y una venezolana, todos ellos afincados en Suecia desde hace eones, y dos suecas. Todos con una copa de más porque llevaban ahí desde las 17:00 según nos dijeron. Así que encendimos un fuego en un lugar preparado para tal efecto cuando el frío llegó y no eran suficientes las mantas de la terraza, y estuvimos de risas hasta las 00:00, más o menos. Después de que algunos se hubieran retirado por el acusado estado de embriaguez, aceptamos la invitación a casa del chileno, donde estuvimos de conversación más o menos relajada (y un par de botellas de vino) sobre todo un poco, y a eso de las 3:00 decidimos que era momento de marcharnos de allí. Así que me tocó hacerme cargo de la situación, en una ciudad que no conozco, para llamar a un taxi, darle nuestra ubicación en inglés pero pronunciando las calles en sueco (nada fácil para mí) y explicarle cómo llegar a nuestros respectivos destinos. Después de casi 45 minutos de espera perdidos en un cruce en mitad de ninguna parte (reconocible) y de varias llamadas telefónicas a mi número por parte de la compañía de taxis para asegurarse de que nos recogían y no nos quedábamos tirados (eso jamás pasará en España), el taxi llegó y nos recibió muy amigablemente. Un tipo un tanto extraño, que había vivido en todas partes del mundo, incluido Tel-Aviv o El Cairo, amén de varios países asiáticos, nos dejó enseguida primero a María y después a mí, en el Karolinska Institutet. Me bajé del taxi, entré en mi vivienda, y ahí vi el correo electrónico que me provocó tener que ponerme a recoger toda mi ropa y hacer de nuevo el equipaje, a eso de las 4:30 de la madrugada (por supuesto de día como en España a las 11:00) y después de la noche que había pasado. Pero eso es otra historia...

Hej då!!

P.D.- La frase del fin de semana fue, sin duda: "Jo, esto me está gustando mucho".

P.D.2.- Me he puesto moreno, y no me gusta...

[7ª PARTE]

El lunes me tuve que ir de la habitación del Instituto, porque venía otra persona a ocuparla, pero resulta que no entraba a la residencia hasta ayer martes, por lo que tuve que quedarme a dormir en casa de Abrahán, el mejicano, que gentilmente me ofreció su sofá (y por cierto era muy cómodo). Así que ayer me mudé a la residencia, donde no había mucha gente porque llegué a medio día, pero por la noche conocí a un montón de personas de distintos países durante la cena, y esta mañana me he juntado en el desayuno con dos españoles, así que parece que hay muy buen ambiente.

Los suecos son buenos hasta para pronosticar el tiempo: el viernes dijeron que el fin de semana haría un sol abrasador sin una sola nube y que el martes cambiaría y caería el diluvio universal. Yo, español acostumbrado a que los hombres del tiempo no acierten si no se casa el Príncipe con Letizia, no me lo creí. Efectivamente acertaron, y ahora mismo sigue lloviendo sin intención de cambiar...

El viernes hice mi primera inmuno con los esparcidos que había hecho esa semana. Salió casi todo muy bien, y hasta tomé alguna foto. Pero poquitas, porque aún tengo que manejarme con el sistema de aquí; el microscopio en realidad no es muy distinto al nuestro, pero el software sí es muy diferente, porque todo lo que usan aquí es Mac, y el programa es también diferente. Total, que todo eso es nuevo para mí y aún tengo que hacerme al manejo, pero la verdad es que pinta bastante bien. Hoy voy a probar algunos de los anticuerpos que pidió Anna después de que los bsucara y le diera la referencia, así que veremos qué tal sale y qué podemos hacer con ello.

Esta mañana di el seminario. Les puse las imágenes del modelo que hice yo y la verdad es que les ha gustado mucho; el jefe hasta me ha pedido las imágenes si se las puedo dar porque querría incluso usarlas en alguna presentación, así que eso me ha animado bastante. Por otro lado han discutido bastante sobre las posibilidades que ofrece todo lo que he contado, lo cual siempre es bueno. Pero claro, ellos hacen mucha molecular, y yo me he centrado siempre más en citología pura y dura. Y así con un montón más de sugerencias. En cuanto al tema de inactivación e histonas no han discutido demasiado, también porque yo lo he pasado un poco por encima, puesto que apenas estoy empezando en ello. Pero veremos qué pasa en el congreso de Francia, donde irán unos cuantos de aquí y seguro querrán ver lo que tengo.

Y nada más. Para los que no lo sepáis me han concedido la ayuda de la UAM para la estancia, así que aún más contento. Esto me está gustando mucho, y el trabajo aquí a pesar de ser distinto por el ambiente también pinta bien, así que seguiré contando cosas.

Hoy debería comprar algo de cena para la residencia y días venideros. Siempre es un coñazo, pero es necesario. A ver si hay hueco suficiente en alguno de los frigos...

Hej då!!

[8ª PARTE]

El jueves amaneció lluvioso, como muchos días en la capital sueca. En el laboratorio las cosas van despacio, pero van. A la espera de comprobar si los anticuerpos han funcionado bien (esperemos que sí), he seguido mejorando (creo) el modelo que hice, a ver qué da de sí. Al menos con eso tendré algo chulo y original para la tesis.

Por la tarde llegué a la residencia después de hacer unas cuantas compras con lo básico: leche, fruta, carne... Lloviendo y lloviendo llegué cansadísimo, pero me di una ducha y salí con Meri al "Kellys", un bar por Medborgaplatsen bastante chulo, barato, con ambientillo, buena música y bastante gente. Después de unas cervezas y una buena charla nos fuimos y no me quedó otra que coger un taxi, porque el metro y el bus ya habían acabado. Así que me tocó decirle al taxista dónde tenía que llevarme, pero no parecía enterarse muy bien. Después de llegar al Södersjukhuset resultó que la puerta principal estaba cerrada, así que el taxista directamente ignoró mi petición de llevarme a la entrada de la residencia y tuve que entrar por urgencias y callejear por los pasillos y rincones hasta encontrar el ascensor que me llevaba a las catacumbas, una mezcla de pasillos subterráneos y galerías que más parecian sacados de unas instalaciones militares abandonadas. La verdad es que daba miedo.

El viernes más de lo mismo, y por la tarde pub en el lunch-room del CMB, justo pegando a mi "antigua casa". Toda la gente del departamento iba allí a pasar una buena tarde-noche, con cerveza, barbacoa y música. Socializarse siempre está bien, y más con gente que trabaja en el mismo sitio que tú y que aún ni conoces, así que tuve la oportunidad de charlar largo y tendido con Tomo, el japonés del grupo, y su esposa; con Javier, un mejicano; con Caroline, una norteamericana de Texas; con Pedro, David y Joao, portugueses; y con un montón más de gente de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que no me acuerdo, de países tan dispares como Canadá, Holanda, Alemania y hasta la misma Suecia (los suecos son incluso escasos en esta Torre de Babel de la ciencia...). A la vuelta decidí no irme muy tarde por la experiencia de la noche anterior, de modo que rodeé el hospital y finalmente encontré la entrada a la residencia en Jägargatan 20, mientras por el camino me crucé con unas cuantas liebres, y que por cierto veo casi todos los días aquí y en el Karolinska (hay gente que dice incluso que algunos venados se acercan de vez en cuando, eso me encantaría verlo).

Ayer sábado, Día Nacional de Suecia, me levanté sin prisa, salí a hacer unas cuantas fotos al paisaje que se disfruta desde aquí y que merece mucho la pena, sobre todo en días soleados, y por la noche volvimos a repetir en el "Medusa", esa especie de templo al que nos hemos acoplado cada fin de semana y que siempre nos da alguna anécdota y alguna nueva cara para conocer, como Christopher y su grupo de amigos o Caroline y Stephanie y sus rarezas. Mientras estábamos allí, un chico que iba haciendo fotos para el local nos pidió inmortalizarnos, y ni cortos ni perezosos esbozamos nuestra mejor sonrisa y quedamos la mar de bien, debe de ser por lo exótico. Aunque debo decir que aquí "la extraña pareja" nos lo pasamos en grande sólo observando cómo se comportan los suecos y las suecas cuando les ponen algo de música fuerte. Incluso las que en Madrid sólo saldrían por Huertas o entrarían a Pachá aquí se vuelven frenéticas con la música y destrozan todo a su paso, como el caballo de Atila. Como dirían Asterix y Obelix: "Están locos estos suecos"... Después nos planteamos la posibilidad de seguir la noche (o empezar el día, según se mire) en el "Patricia", un bar-discoteca que está en un barco y que aquí es super normal, pero decidimos que ya era suficiente y nos marchamos a casa, que tampoco está tan mal.

Y hoy domingo tranquilidad; he decidido no ir a la barbacoa a que me habían invitado porque, a pesar de que hace buen tiempo, estoy bastante cansado y aún tengo que ponerme con el dichoso proyecto de Evaluación del Aprendizaje, a ver si me lo quito de encima cuanto antes y entonces ya respiraré bien tranquilo. Hasta entonces, habrá que resignarse y ponerse a ello. Después de la ducha y la cena, todo sabe mejor, hay que decirlo.

Y veremos qué es lo próximo.

Hej då!!

[9ª PARTE]

Esta semana no ha estado mal. No ha habido mucho jaleo en el laboratorio pero he aprovechado el tiempo. Con mi obsesión por los esquemas empecé a discutir con Abrahán sobre ciertas cosas y varias proteínas y tuvimos charlas de más de dos horas sobre un sólo tema, lo cual resultó agotadoramente gratificante e ilustrativo. Me lié la manta a la cabeza y empecé a hacer más de las mías, lo que implicaba buscar más artículos y leer mucho más. Así que ayer, por ejemplo, eché 11 horas en el laboratorio y con todo lo que leí aprendí realmente un montón de cosas que me vendrán pero que muy bien para la recta final de la tesis.

Por lo demás, el miércoles estuvimos de celebración; una chica leía su "DEA", porque aquí es otra cosa, así que de guateque en el "lunchroom" y por la tarde de cervezas en el Grappa, junto a Sankt Eriksplan. Hasta las mil, claro, todos los del pasillo, incluyendo a la jefa y a los japoneses, y a unos italianos que se acoplaron más tarde, y el jueves todos reventados. Hubo una conferencia sobre SUMOilación de proteínas muy interesante, al menos la primera parte, porque la segunda se dedicó a clínica, hipoxia y demás, y eso ya pillaba un poco más lejos. Pero bastante chula.

Y ayer fiesta en el MTC del Karolinska. Casi se convirtió en la fiesta del -1 de Jägargatan, porque estábamos casi todos allí, incluyendo a gente de otras plantas, así que fue bastante divertido. Aunque llegamos un poco tarde porque la gente se retrasó, aún estuvimos allí algunas horas, a base de beber cerveza y charlar unos con otros, conocer a más gente, socializarse un poco... Y al final volvimos unos cuantos juntos a la residencia; es lo bueno que tiene salir de fiesta con tus vecinos...

Hoy llueve (nada nuevo bajo el sol, o bajo las nubes), así que no sé si iré a comprar esta tarde, porque necesito llenar mi despensa. En cualquier caso, intentaré aprovechar el día para trabajar un poco. Y veremos si luego se sale o no.

Hej då!!

[10ª PARTE]

Como decíamos ayer (...) el sábado acabé saliendo; fui con Meri y con la holandesa y las alemanas de la residencia a un club llamado "Maria Laveau", si no recuerdo mal en Medborgarplatsen, y había bastante buen ambiente. Aunque no era barato del todo, sobre todo comparado con Madrid, no estaba del todo mal, y la música hasta estaba bien. Mucho calor en la planta de abajo, donde a determinadas horas la gente empezó a acumularse, pero por lo demás muy bien. Aunque nos pusimos como sopas con la lluvia cuando volvíamos andando a la residencia...

Desde el lunes he ido viendo más cosas del Swedish lifestyle; aquí no suele haber atascos ni problemas con el transporte, pero cuando los hay lo lamentas. El lunes el autobús no llegaba, y durante más de media hora (eso aquí es una eternidad) estuve esperando en Skanstull para llegar "a casa", y cuando por fin me decidí a irme andando pasó por delante de mí (este Murphy...). Además tocaba hacer comprita, y volvió a tocar ir cargado hasta las cejas subiendo las tortuosas escaleras desde la calle principal hasta el hospital, qué remedio... Ayer tocó atascazo, lo que significa que un trayecto que a pie se hace en poco más de 5 minutos duró más de 45 minutos, vete tú a saber por qué (por si acaso evitaré esa hora de salida o buscaré una ruta alternativa). Además me di cuenta de cómo son los suecos al volante; aparte de que esto da la impresión de ser más desorganizado (no me preguntéis por qué pero así me lo parece), y de que hay muchos más cochazos que por allí, son mucho más impacientes. Durante la aproximadamente hora y tres cuartos que duró mi trayecto del Instituto a la residencia vi en tres ocasiones que un tipo de un coche se bajaba en mitad de la calle para ir directo hacia el conductor del coche que iba detrás de él, y éste salía a su vez de su vehículo para encararse con el primero; bueno, mucho estrés y mucha mala leche, pero que lo haga el conductor del autobús ya clama al cielo... Al final nadie agredió a nadie, pero estoy seguro de que fue porque son suecos ("eso en mi barrio es pelea"). Incluso cuando un "listo" se saltó un paso de peatones y pasó a 0,2 mm de distancia de un matrimonio mayor que empezaba a cruzar... Debe de ser el clima, que los vuelve locos...

Por el laboratorio las cosas siguen avanzando despacito. Esta semana toca preparar el material con el que voy a trabajar directamente, porque la jefa se va de vacas la semana que viene, con lo cual voy a tener que apañármelas solito. Así que le daré caña a los knock-out todo lo que pueda y los anticuerpos todo lo que se dejen, y así son las cosas, qué vamos a hacer...

Y este fin de semana es el "Midsummer", la segunda fiesta más importante en Suecia después de las Navidades (aunque me da a mí que es la primera), igual que en toda Escandinavia. Por desgracia no ha sido posible hacer el viajecito al Círculo Polar noruego para ver el famoso sol de medianoche en el día más largo del año, y es que el vuelo salía demasiado caro... Así que, aunque aún no tengo planes, veremos qué surge, porque algo habrá que hacer, desde luego, no me gustaría perderme la fiesta ahora que estoy aquí, que en España eso no se celebra. Pero ya veremos cómo se desarrollan los acontecimientos...

Hej då!!

Mi vida en Estocolmo

Mi vida en Estocolmo

Siento colocar esto aquí tan tarde, pero por diversas causas en las que no me extenderé no pude hacerlo cuando convenía. Así que lo dejo ahora, porque más vale tarde que nunca. Es muy largo y está dividido por semanas, desde mayo hasta septiembre de este año, pero lo cuelgo para el deleite de las pocas personas que alguna vez lean esto. Y por mí, qué cojones.

[1ª PARTE]

Bueno, bueno, bueno. Pues me vais a permitir que os cuente cómo ha sido mi día de llegada. Intentaré poner énfasis en la miga (que no hay mucha, pero algún detalle gracioso sí que hay).

Lo primero, la noche anterior hasta las 4:00 de la mañana haciendo la maleta, claro, para levantarme a las 6:00, con lo cual apenas dormí, y lo poco que dormí pues muy mal, pero eché una cabezadita en el roplano.

Después de tener que pagar por exceso de peso en el equipaje (cosa que yo ya sabía, aunque sólo fueron 65 pavazos), conseguí embarcar ayer por la mañana sin pitar en el arco de seguridad (casi no me lo creo todavía, aunque eso de quitarse todos los metales del cuerpo ayuda, las cosas como son). El vuelo fue muy bien, pasamos por San Sebastián, París y Copenhague (según nos relató el piloto) y finalmente aterrizamos con 10 minutos de antelación y todo. El tren del aeropuerto a Estocolmo (Arlanda-Express) es una gozada, tarda 20 minutos o menos y sale cada 10 minutos, y todo genial. En el metro ya empezó a haber jaleo: según entro en la estación me abordan unos tipos para una colección de fotos que sacarán en un libro de arte sobre los viajeros en el Tunnelbana (el Metro, vaya) dentro de unos dos años, así que ésa fue mi primera experiencia sueca. Nada más llegar y ya dando la nota, si es que los de Cuenca somos así. Pero después me costó encontrar el condenado andén porque el sistema aquí es distinto de Madrid, al menos en la T-Centralen, y encima me estampé contra una pobre chica por el acelerón de la hostia del tren, que parecía un minitrón de ésos en el acelerador de partículas. Después cogí el autobús correcto pero en sentido contrario, así que al final llegué al Karolinska Institutet (el sitio donde voy a currar) pasadas las 16:30 (el avión llegó a las 14:10...). Pero bueno, llegué sano y salvo, incluída la maleta, que es lo importante.

Por aquí la rusa que va a ser mi jefa me enseñó el sitio nada más llegar. Está todo comunicado por un montón de pasillos estrechos, escaleras, escalerillas, recónditos lugares para sentarse y demás. Parece un laberinto, pero es muy chulo. Hay un montón de edificios, todos bajos, de 3 ó 4 plantas, de ladrillo y patios entre ellos con césped y paseos, lo que da un aspecto bastante acogedor. Hasta vi correteando una liebre por aquí y todo, y me hizo sentir como en casa por un momento porque me crucé con una urraca como las del campus de la universidad. La rusa también me dio la tarjeta con banda magnética y código para moverme por aquí y la llave del tan temido cuarto de las escobas o "Escobersön Qvärten" (Carlos dixit)... Bueno, pues Escobersön Qvärten una polla, ¡¡qué pedazo de habitación!! Me temo que cuando esté en la residencia la voy a echar de menos; es estrechita, pequeña, pero mola un montón. Tiene dos alturas; en la planta de suelo hay un armario empotrado con plancha y tabla de planchar y perchas, la puerta del baño en el pasillo de entrada (un baño pequeñito pero con su ducha y todo, muy majo), una cocina (¡cocina!) con fregadero, dos fuegos, todo tipo de utensilios necesarios y hasta nevera (de ésas de media altura), todo muy cuco. También hay un escritorio con "radiocasette extraíble", como en los coches, con más años que el fuego, pero que mola un montón. Cuatro o cinco lámparas, una mesa pequeña y tres sillas súper cómodas (nada de Ikea, por cierto). Y en la parte de arriba, a la que se accede por una escalera que casi tienes que subirla a cuatro patas de lo empinada que es, está la cama, con una mesita, dos lámparas y una silla. La cama no es nada del otro mundo, pero es suficientemente larga para entrar del todo estirado (y eso para mí es un logro), y además tiene sábanas y todo lo necesario (por cierto, el baño también tiene toallas, aunque huele un poco raro). Ah, y la ventana, que va del suelo al techo (fácilmente 5 metros), tiene cortinas y cortinas opacas, como las de los hoteles, sin persianas, así que la luz no va a molestarme mucho, espero. Está genial porque justo al lado de mi habitación hay una sala común, muy amplia, llena de mesas y sillas, donde la gente viene a hacer cualquier cosa, por lo que he visto, desde descansar un rato o tomarse algo hasta trabajar, con lo cual parece que siempre hay gente (ayer no había demasiada cuando llegué porque ya era "víspera de vacaciones"). Y si no, además de esa sala, hay una cocina enorme con tres neveras, una máquina de bebidas y una máquina de café del carajo que hace todas las modalidades habidas y por haber y es del bueno, o por lo menos no dan ganas de vomitar cuando lo bebes. Ah, y la sala común también tiene dos alturas, y en la de arriba hay otras mesas, otra cocina con tres microondas y una sala de seminarios que mola un huevo. Este sitio está pero que muy chulo, de verdad.

En cuanto al curro, le di unos anticuerpos que traía a la rusa de momento para que los guarde, y quedamos en vernos el lunes para planificar un poco todo el tema (hoy y mañana es fiesta aquí, debe de ser San Cucufato o algo, con lo cual hay cuatro días de vacaciones de puta madre). El miércoles hay un seminario de un tipo que no tiene que ver con éstos, pero van a ir, así que iré también y el siguiente lo doy yo, el miércoles 3 de junio, en plan informal. El jefe jeforum del grupo, un sueco, no viene tampoco hasta el lunes, así que aquí ayer no había nadie del grupo más que ella y un mejicano de postdoc que al rato se puso a charlar conmigo en español y decía estar muy a gusto aquí con la gente, así que igual quedamos mañana un rato para salir por ahí. La rusa me dijo que ella suele venir como a las 8:30 y se va sobre las 17:00, aunque tampoco hay un horario fijo. Hay gente que llega incluso a las 6:00 de la mañana y se va a las 15:00, pero hay otros como el mejicano que llegan a las 10:00, osea que es un poco variable y libre. Además hay una cafetería muy chula donde todo el mundo se junta para comer, así que parece que se lo montan bien.

Y nada, resulta que mañana viernes van a convertir la sala común de aquí al lado en un pub, y va a haber fiesta. En palabras de la rusa, significa que la gente viene aquí a beber, simple y llanamente. Así que parece que habrá algo de movimiento, ya contaré...

Ayer por la tarde, a última hora, salí a dar una vuelta por los alrededores para ver qué hay y la ciudad mola, lo poco que vi. Por la hora que era no había demasiada gente por la calle, pero los bares estaban llenos. Encontré uno que se llamaba "Caliente - Tapas Bar", con bandera española en la puerta. Prometo ir algún día y contaros si realmente se parece a algo de lo que conocemos, Estocolmo tiene pinta de ser mucho más cosmopolita que Madrid. Gente aún más diferente en el metro, y aún más pintas (os lo juro), y nadie mira a nadie (bueno, yo he sentido varios pares de ojos taladrando mi chupa de cuero como si de "El Cuervo" se tratase). Y en cuanto a las suecas... pues hay de todo, como en botica. Mucha gente de origen extranjero, pero de las suecas suecas, del verbo sueca, hay auténticos bellezas. Imagino que es porque aquí son así y nos parecen diferentes y por eso nos molan, pero vamos, nada nuevo bajo el sol (y eso que son muchas horas de sol ahora...). Luego por la noche quedé a las 23:30 (anocheció del todo a eso de las 22:30) con Erik, un amigo mago que vive por aquí, y estuvimos tomando cerveza en un bar medieval llamado "Sjätte Tunnan" cuyo nombre en sueco venía a significar "El Sexto Tonel", y tenía varias plantas con escaleras, gran parte excavado en la roca, con decoración medieval, escudos vikingos, cartas en pergamino con tipografía escandinava y conciertos en directo con instrumentos extraños, muy de puta madre (para quien le interese, aquí está su página web: http://www.sjattetunnan.se/). Después, cuando cerró ( a las 1:00) fuimos a otro, un "after", donde el puerta nos examinó los ojos para ver si íbamos demasiado borrachos para entrar y una vez dentro pedí "dos cervezas, por favor" en sueco ("Två öl, tack") y me entendieron, y estuvimos charlando largamente de todo un poco, y hasta nos hicimos magia y todo. A las 3:00 cerraron el sitio y cuando salimos ya había amanecido, flipante. Yo ya sabía cómo iba a ser esto, pero una cosa es saberlo y otra es vivirlo. Nos fuimos al metro, que afortunadamente seguía abierto por ser víspera de fiesta, donde una sueca muy guapa pero muy borracha llamada Denise iba suplicando (literalmente) tabaco. Allí nos separamos Erik y yo, cada uno por su lado. Y claro, yo que ando en la parra no cambié de línea en T-Centralen y me fui otras dos paradas en otra línea que no tenía nada que ver con la mía. Pero la verdad es que estos tíos tienen un metro que va hiper rápido no sólo en trayecto, sino en frecuencia de trenes, y no tardé casi nada en volver al punto donde tenía que cambiar. Después volví andando desde el metro y ya sí que era completamente de día (las 4:00 de la mañana...), y no había casi nadie por la calle.

Y esta mañana me he despertado sin ninguna prisa a eso de las 13:00, y a ver cuánto da de sí el día.

De momento nada más. Que lo paséis muy bien, cuidaos mucho, sed felices y pasad buen fin de semana. Ya os iré contando más cositas.

¡Besos a todos/as!

[2ª PARTE]

[No os imagináis la dificultad de escribir esto desde el teclado de un sueco; los caracteres como acentos y demás tienen una localización distinta, claro, aunque al menos tienen la posibilidad de escribir la Ñ].
 
SEGUNDO DÍA.
 
Aún no ha acabado, pero ya van cosas interesantes, al menos para mí. Me levanté esta mañana a eso de las 13:30, sin prisa, pues no iba a hacer nada. Había quedado con Erik en vernos para hacer nada concreto, así que después de la hora de comer (sin comer) nos vimos en Huddinge, al sur de la capital Sueca, cerca de la casa de su hermana (él había ido allí a cuidar las plantas porque su hermana está de viaje). Así que quedamos por allí, por lo que tuve que coger el Pendeltåg, lo que viene siendo el Cercanías de aquí, y después de unos 20 minutos nos vimos y fuimos a comprar al supermercado. Nos aprovisionamos de una buena cena cárnica y hemos venido a casa de su hermana a preparar la cena (ya sabéis lo que es la cena en Suecia, en cuanto a la hora, me refiero). De paso he pillado unas cuantas cosas para los próximos días en el Karolinska, unos filetes de pollo, un poco de queso, cositas para ensalada... Lo normal, vamos.
 
Y lo más guay, nos hemos pegado una buena sauna. Claro, en Escandinavia es muy normal, muy común, aunque cada país tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, en Suecia son los únicos que le dan un nombre diferente; la palabra sueca para sauna es "bastu", que procede de "badstuga", y que viene a significar algo así como "casa de baño". Este sitio es como el campo, pero sin el como, con casas unifamiliares adosadas dos a dos. Y cada casa normalmente tiene su propia sauna, así que es lo más normal del mundo darse un buen baño de vapor. Claro, lo más cómodo es desnudarse del todo, porque si no la toalla es muy pero que muy molesta. Así que allí me encontraba yo, sentado junto a mi rubio amigo, en una sauna flojita (sólo 60 grados), aunque era mi primera vez, los dos en pelota picada, bebiendo cerveza, comiendo gajos de naranja (parece ser que es también muy común, lo que no me extraña porque resulta muy refrescante) y comiendo una salchicha sueca picante (ya os estoy viendo haciendo chistes, así que absteneos), que por cierto también estaba cojonuda. Y después de eso a relajarse, a preparar la cena (una barbacoa con lo que habíamos comprado) y ahora veremos qué hacemos luego. Seguramente me quede aquí a dormir porque el último autobús pasa dentro de un rato y no dará tiempo.
 
Ah, y ya tengo mi número sueco, por si alguien lo quiere (aunque desde España costará también un ojo de la cara, jeje).
 
Mañana quedaré con Abraham, el mejicano, y nos iremos a cenar y tomar cervezas, seguro que mola (aunque él va a ir a currar antes, y eso que es fiesta). Ya iré contando de nuevo.
 
Hej då!!

[3ª PARTE]

DÍA TRES...

Hoy ha sido un día curioso. He vuelto esta mañana de Huddinge, con Erik, me he dado una ducha, he comido algo y me he tomado un café aquí en el Instituto. Después he quedado con Abraham y hemos ido a Gamla Stan (el casco antiguo) a tomar unas cervezas en el "Temple", justo al lado del "After", donde estuve con Erik el miércoles. Hemos estado en la terraza, con calefactores encima de nuestras cabezas. Un sitio peculiar, donde al ser ilegal vender sólo cerveza también venden comida, pero más cara, y donde para entrar al baño tienes que marcar un código electrónico en la puerta que sólo te dan con el ticket de la cerveza (estos suecos son precavidos de la hostia). Después hemos ido a cenar a un buffet vegetariano no muy caro, aunque no hemos podido ponernos hasta el culo porque estaban cerrando y claro, a las 20:00 es muy difícil encontrar algo abierto para cenar, las cosas como son (a las 18:00 como tarde se sirve la cena, el resto de cosas son extrañas aquí). Hemos hablado largo y tendido de los suecos y las suecas, los españoles y las españolas, los mejicanos y las mejicanas y también bastante del trabajo, del laboratorio, el grupo de gente que hay y lo que hacemos cada uno. Hemos discutido profundamente sobre lo que tenemos entre manos y eso que no lo hemos mostrado aún, así que promete ser interesante cuando demos los seminarios.

Después se le ha antojado llevarme a "La Isla", uan discoteca latina donde van las suecas a encontrar alguien con quien bailar. Y os podéis imaginar el percal: un local donde todos los empleados son latinos, una pista de baile alrededor de la cual se pone todo el mundo mirando al centro viendo lo que ocurre dentro, como en los coches de choque de las ferias, y todas las suecas buscando pareja bailonga y todos los tíos buscando sueca cachonda. Y es que literalmente se te acercan y te piden que bailes con ellas (a mí no, afortunadamente, que no sé bailar). Luego hemos estado charlando con el especial de Max, un sueco profesor de español con el que hemos tratado las grandes diferencias histórico-culturales entre Suecia y España, y finalmente hemos dejado el local cuando de la salsa y el merengue han pasado directamente al reaggetón y todas las mujeres estaban enfervorecidas (lo juro). Y mi sorpresa ha sido que toda esa zona estaba sólo a una parada más de autobús que mi recorrido habitual, así que fantástico.

También he estado tanteando cómo va el asunto del transporte para cuando me mude a la residencia, así que puede que me aprenda el camino antes de lo planeado y que tarde aún menos en llegar de lo que pensaba, ya veremos. Ah, y ya tengo mi tarjeta de transporte, súper cómoda; es como una tarjeta de crédito que simplemente la pones sobre el lector y automáticamente detecta todo y te da acceso, ya sea en metro, autobús o tren. Más comodidad imposible, y encima puedes elegir el color que quieras... XD

Creo que echaré de menos esta habitación, y sólo llevo aquí dos días... Qué se le va a hacer...

Hej då!!

[4ª PARTE]

Y hoy un día aburrido. Me he levantado pronto, para lo que viene siendo habitual en mí. He cogido mi cámara y  me he ido al centro, a la ciudad vieja, Gamla Stan. Me he dado una vuelta por el casco antiguo y he hecho unas cuantas fotos que podéis ver en el álbum. Entre Slussen y Gamla Stan hay un paisaje bonito, el agua, los barcos, las callejuelas, los edificios. Estocolmo tiene su encanto, sobre todo porque yo no sabía lo que me iba a encontrar aquí, y ahora ya estoy viendo cómo es. Creo que lo mejor de estar fuera de casa es moverse. Aunque tengas ganas de quedarte en tu cuarto descansando, es necesario darle vidilla al cuerpo y salir, dar uan vuelta, pasear, hacer acto de presencia, ver cosas, gente, lugares... Si no, te enrancias y no ves nada, no haces nada, no avanzas, y te sientes poca cosa.

Desde que he vuelto (en autobús, ya conozco más o menos la ruta hasta aquí sin demasiado problema) no he hecho nada concreto. Tengo que revisar el tema de la cocina para ponerla en marcha porque lo cierto es que no funciona, tendré que enterarme si he de hacer algo, que estos suecos son muy raros. He hojeado el mapa de la ciudad y he visto algunos sitios interesantes para visitar y algunas cosas curiosas que hacer. Me reservo esa información para cuando lo haga y poder contarlo, no vaya a ser que la fastidiemos por alzar mucho la voz, que suele ocurrir.

No tengo mucho que contar, y seguramente mañana sea más de lo mismo. Las cosas cambiarán a partir del lunes cuando empiece a trabajar en el laboratorio. Seguiremos informando.

Hej då!!

4 años

4 años

Hoy se cumplen cuatro años, sí, desde que te fuiste. Desde entonces todos los años te recuerdo (y no sólo en el día de hoy, claro), y quiero seguir escribiéndolo aquí. Hace ya cuatro años que te fuiste, pero nunca te vas del todo, ya lo sabes. Te seguimos recordando.

Un beso, María.

Errores a través del espejo

Errores a través del espejo

            Una de esas noches horribles de insomnio. A pesar de estar cansado soy incapaz de conciliar el sueño. Y es porque tengo la cabeza dando vueltas y más vueltas. Últimamente no es el mejor momento, para qué negarlo, pero los últimos acontecimientos desatan explosiones de ideas y pensamientos que no dejan de ser confusos.

            Hay ocasiones en las que, después de tantas cosas, te planteas cuáles son tus buenas decisiones, y si tus actos han sido realmente acertados. Errores y equivocaciones tenemos todos pero, ¿somos conscientes de ello? ¿Estamos realmente al tanto de todas las cosas que hacemos mal? Incluso cuando nos revelan su existencia nos cuesta verlo. No siempre podemos ver hasta qué punto metemos la pata, y cuando aceptamos la posibilidad de haberlo hecho, es entonces cuando nos planteamos que tal vez hemos estado haciéndolo durante mucho tiempo, en muchos contextos. El actuar de buena fe no es suficiente para no equivocarse, igual que el desconocimiento de una ley no exime de su cumplimiento. El poder equivocarnos es un miedo al que hay que enfrentarse y por el que luchar pero, ¿reconocemos nuestros errores cuando están ahí? ¿Diferentes opiniones reflejan inequívocamente nuestro desconocimiento de dichos errores?

            Hace poco alguien me dijo que me he estado equivocando. En mi opinión, no han sido equivocaciones, o al menos no lo han sido conscientemente. Mi argumento era una actitud cautelosa por evitar males mayores, aunque reconozco la posibilidad de efectos secundarios adversos. ¿Hubiera sido acaso mejor actuar “por inercia” y arriesgarme a un desenlace aún más desastroso? El fondo de la cuestión es si estoy cometiendo esos mismos errores con otras personas y no estoy siendo consciente de ello. Y el efecto de todo esto es que ahora me planteo cada paso y cada palabra, aún más, por miedo a ser en realidad un “equivocante” nato, un “errador” irremediable.

            Lo único que puede hacerme conciliar el sueño ahora es, lejos de lavarme la conciencia, confiar en mi buen criterio con la sincera intención de no equivocarme nunca. Es algo difícil, es utópico, es irrealizable. Es una Quimera. Lo que queda ahora es atenerse al perdón y a la misericordia que no sabes si mereces porque no sabes si tú los concediste en su momento. Aparecen el ángel y el demonio en sendos hombros, discutiendo a voces entre ellos, y tú en medio.

            Nuestra estrategia, nuestros movimientos en la partida de ajedrez, son los que determinan el resultado. Es ahora cuando recuerdas que una vez tú estuviste en el otro lado del espejo, en el mundo de Alicia… y que al final, igual que ella, despertaste del sueño para volver a la cruda realidad.

Y ahora tú...

Y ahora tú...

Y ahora resulta que has sido tú. En tan poquito tiempo el viento a cambiado de rumbo y finalmente te ha derrumbado un soplo insignificante, con tan sólo 28 años. La última vez que nos vimos volviste a llenarnos con la luz de tu sonrisa y tu alegría, y ahora la dama oscura ha vuelto, en contra de nuestros ruegos, esta vez por ti. Ya se lo dije la última vez, que no quería volver a verla, pero no escucha, es irracional e incombustible. En menos de un mes te ha declarado una guerra en la que ni siquiera te dejó armas para defenderte.
 
No sabes cuánto lo siento, porque cuesta creerlo. No sabes cómo me duele decirte adiós. Pero te quedas aqui con nosotros, en nuestro recuerdo, y no sin lágrimas en tu despedida.
 
No me sale decir más cosas ahora mismo...

Los demonios de la memoria

Los demonios de la memoria

No entiendo bien por qué suceden algunas cosas, por qué pasan por mi cabeza. Pasa el tiempo y de repente me encuentro con una señal, con un símbolo, que me transporta en el tiempo. Sólo una situación o una simple frase hace que viaje atrás y viva de nuevo esos momentos que quedaron tanto tiempo ha. De pronto me encuentro reviviendo todo aquello y, si le doy vía libre a mi cabeza, todo sucede como si hubiera roto la línea temporal y estuviera viviendo otra vida, otro yo. O mejor dicho, el mismo yo pero con decisiones diferentes, decisiones que tal vez yo no tomé nunca, decisiones que tal vez tomaron otras personas. Pero lo desconcertante es que últimamente esa sensación viene a mí con frecuencia.
 
Lo realmente duro es permitir todo un desarrollo de ideas que habían quedado obsoletas, finitas, conclusas. Nunca vacías porque, de haberlo sido, ahora no regresarían. Pero lo hacen, porque tienen todo un significado. Ahora bien, ¿cuál? ¿Qué significado puedo dar a la vuelta de todos esos recuerdos en este momento? Empiezo a darle importancia al hecho de no dejar de pensar, recordar e inventar. ¿Qué gano con ello? No voy a mentir, me deleito en el dulce recuerdo y en la inventiva de un nuevo desarrollo diferente, una línea paralela; pero no puedo dejar que mi mente vague libre, sin rumbo y a la deriva, con los pies lejos, muy lejos del suelo. Especialmente porque no es algo presente, sino pasado. ¿Cuántas personas malgastan su tiempo pensando en situaciones paralelas pero irreales a su momento vital actual? Es verdad que siempre he tenido cierta tendencia al recuerdo y a la melancolía, pero últimamente me preocupa un poco que me ocurra con tanta frecuencia, y especialmente con esas ideas finitas y conclusas.
 
Me temo que todo vuelve a ser un galimatías, uno de esos rompecabezas mentales que vienen a mí. Para quitarle hierro al sunto, a veces me siento como el Dr. Crane, que genera su propio reto intelectual para demostrarse a sí mismo que sigue en la brecha, que sigue siendo válido. No sé si será por no tener ningún "Chesty" tatuado, o por no ver ninguna lámpara horrorosa de media luna, pero el caso es que, en realidad, poca gracia me hace esta situación. Creo que la memoria, y ya lo he dicho en alguna ocasión, juega malas pasadas; te trae recuerdos cuando no debe, cuando menos te lo esperas (aunque para ser sincero debo decir que recientemente también me ha traído dulces recuerdos asociados a sentimientos, de ésos sanos y que no te carcomen por dentro, de ésos que todos agradecemos siempre). Sin mucho más que añadir, la verdad, la memoria, unida a la rueda dentada, puede crear auténticos estragos.
 
Qué putada...
 
P.D.- (...) El laberinto del sueño, donde se pierden los demonios de la memoria (...) [HdS].

3 años

3 años

[Esta entrada corresponde al día 15 de julio]

Y va pasando el tiempo... Ya son tres años los que hace que nos dejaste, tan inesperada e inmerecidamente. Ya lo sabes, siempre lo digo: sigues aquí, muy cerquita de todos, no te hemos olvidado.
 
Un beso, María.

Cansado... (de) lo de siempre

Cansado... (de) lo de siempre

[Esta entrada corresponde al día 4 de julio]

Arghh... esa sensación de nuevo... esa sensación otra vez que martillea poco a poco la corteza cerebral hasta hundirse en el mismo centro neural de las emociones. De nuevo vuelvo a sentir que me canso de todo cuanto veo y cuanto ocurre a mi alrededor. Me canso de las actitudes de los demás, de las justificaciones y las excusas, de las protestas, de las huidizas correrías entre callejones oscuros y poco transitados, me canso de la cobardía que otros me achacan, del no atrevimiento del que me acusan (justificada pero erróneamente) otras bocas y otras manos.
 
Esa sensación de no saber o no querer pensar en nada más que en la mala cara de la moneda, la que nunca se muestra a favor. Esa cara que siempre es el resultado de un lanzamiento no azaroso, porque hay vientos de cambio que influyen en su giro aparentemente errático, que no depende de la fuerza con la que la arrojas al aire, sino del peso de cada una de las caras, del efecto, de la superficie de choque, del giro emocional que toman las circunstancias y que hacen, a los ojos, que todo sea, si no distinto, sí inesperado.
 
Me canso de escuchar siempre la misma historia, la misma música, por más que cambie de disco, por más que cambie de estilo, las letras son distintas, los artistas también, pero el tema es siempre el mismo, el idioma no importa, porque todos hablan de lo mismo, y me canso de quejarme siempre de las mismas cosas, sin poder hacer nada al respecto, sin poder encontrar una solución a esa sensación que martillea, como dije antes, hasta el fondo del sistema emocional que nos gobierna y que rige nuestras propias voluntades. Algo que la fisiología aún no comprende pero... ¿a quién le importa ahora la razón?