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Rothfugio

Mi vida en Estocolmo

Mi vida en Estocolmo

Siento colocar esto aquí tan tarde, pero por diversas causas en las que no me extenderé no pude hacerlo cuando convenía. Así que lo dejo ahora, porque más vale tarde que nunca. Es muy largo y está dividido por semanas, desde mayo hasta septiembre de este año, pero lo cuelgo para el deleite de las pocas personas que alguna vez lean esto. Y por mí, qué cojones.

[1ª PARTE]

Bueno, bueno, bueno. Pues me vais a permitir que os cuente cómo ha sido mi día de llegada. Intentaré poner énfasis en la miga (que no hay mucha, pero algún detalle gracioso sí que hay).

Lo primero, la noche anterior hasta las 4:00 de la mañana haciendo la maleta, claro, para levantarme a las 6:00, con lo cual apenas dormí, y lo poco que dormí pues muy mal, pero eché una cabezadita en el roplano.

Después de tener que pagar por exceso de peso en el equipaje (cosa que yo ya sabía, aunque sólo fueron 65 pavazos), conseguí embarcar ayer por la mañana sin pitar en el arco de seguridad (casi no me lo creo todavía, aunque eso de quitarse todos los metales del cuerpo ayuda, las cosas como son). El vuelo fue muy bien, pasamos por San Sebastián, París y Copenhague (según nos relató el piloto) y finalmente aterrizamos con 10 minutos de antelación y todo. El tren del aeropuerto a Estocolmo (Arlanda-Express) es una gozada, tarda 20 minutos o menos y sale cada 10 minutos, y todo genial. En el metro ya empezó a haber jaleo: según entro en la estación me abordan unos tipos para una colección de fotos que sacarán en un libro de arte sobre los viajeros en el Tunnelbana (el Metro, vaya) dentro de unos dos años, así que ésa fue mi primera experiencia sueca. Nada más llegar y ya dando la nota, si es que los de Cuenca somos así. Pero después me costó encontrar el condenado andén porque el sistema aquí es distinto de Madrid, al menos en la T-Centralen, y encima me estampé contra una pobre chica por el acelerón de la hostia del tren, que parecía un minitrón de ésos en el acelerador de partículas. Después cogí el autobús correcto pero en sentido contrario, así que al final llegué al Karolinska Institutet (el sitio donde voy a currar) pasadas las 16:30 (el avión llegó a las 14:10...). Pero bueno, llegué sano y salvo, incluída la maleta, que es lo importante.

Por aquí la rusa que va a ser mi jefa me enseñó el sitio nada más llegar. Está todo comunicado por un montón de pasillos estrechos, escaleras, escalerillas, recónditos lugares para sentarse y demás. Parece un laberinto, pero es muy chulo. Hay un montón de edificios, todos bajos, de 3 ó 4 plantas, de ladrillo y patios entre ellos con césped y paseos, lo que da un aspecto bastante acogedor. Hasta vi correteando una liebre por aquí y todo, y me hizo sentir como en casa por un momento porque me crucé con una urraca como las del campus de la universidad. La rusa también me dio la tarjeta con banda magnética y código para moverme por aquí y la llave del tan temido cuarto de las escobas o "Escobersön Qvärten" (Carlos dixit)... Bueno, pues Escobersön Qvärten una polla, ¡¡qué pedazo de habitación!! Me temo que cuando esté en la residencia la voy a echar de menos; es estrechita, pequeña, pero mola un montón. Tiene dos alturas; en la planta de suelo hay un armario empotrado con plancha y tabla de planchar y perchas, la puerta del baño en el pasillo de entrada (un baño pequeñito pero con su ducha y todo, muy majo), una cocina (¡cocina!) con fregadero, dos fuegos, todo tipo de utensilios necesarios y hasta nevera (de ésas de media altura), todo muy cuco. También hay un escritorio con "radiocasette extraíble", como en los coches, con más años que el fuego, pero que mola un montón. Cuatro o cinco lámparas, una mesa pequeña y tres sillas súper cómodas (nada de Ikea, por cierto). Y en la parte de arriba, a la que se accede por una escalera que casi tienes que subirla a cuatro patas de lo empinada que es, está la cama, con una mesita, dos lámparas y una silla. La cama no es nada del otro mundo, pero es suficientemente larga para entrar del todo estirado (y eso para mí es un logro), y además tiene sábanas y todo lo necesario (por cierto, el baño también tiene toallas, aunque huele un poco raro). Ah, y la ventana, que va del suelo al techo (fácilmente 5 metros), tiene cortinas y cortinas opacas, como las de los hoteles, sin persianas, así que la luz no va a molestarme mucho, espero. Está genial porque justo al lado de mi habitación hay una sala común, muy amplia, llena de mesas y sillas, donde la gente viene a hacer cualquier cosa, por lo que he visto, desde descansar un rato o tomarse algo hasta trabajar, con lo cual parece que siempre hay gente (ayer no había demasiada cuando llegué porque ya era "víspera de vacaciones"). Y si no, además de esa sala, hay una cocina enorme con tres neveras, una máquina de bebidas y una máquina de café del carajo que hace todas las modalidades habidas y por haber y es del bueno, o por lo menos no dan ganas de vomitar cuando lo bebes. Ah, y la sala común también tiene dos alturas, y en la de arriba hay otras mesas, otra cocina con tres microondas y una sala de seminarios que mola un huevo. Este sitio está pero que muy chulo, de verdad.

En cuanto al curro, le di unos anticuerpos que traía a la rusa de momento para que los guarde, y quedamos en vernos el lunes para planificar un poco todo el tema (hoy y mañana es fiesta aquí, debe de ser San Cucufato o algo, con lo cual hay cuatro días de vacaciones de puta madre). El miércoles hay un seminario de un tipo que no tiene que ver con éstos, pero van a ir, así que iré también y el siguiente lo doy yo, el miércoles 3 de junio, en plan informal. El jefe jeforum del grupo, un sueco, no viene tampoco hasta el lunes, así que aquí ayer no había nadie del grupo más que ella y un mejicano de postdoc que al rato se puso a charlar conmigo en español y decía estar muy a gusto aquí con la gente, así que igual quedamos mañana un rato para salir por ahí. La rusa me dijo que ella suele venir como a las 8:30 y se va sobre las 17:00, aunque tampoco hay un horario fijo. Hay gente que llega incluso a las 6:00 de la mañana y se va a las 15:00, pero hay otros como el mejicano que llegan a las 10:00, osea que es un poco variable y libre. Además hay una cafetería muy chula donde todo el mundo se junta para comer, así que parece que se lo montan bien.

Y nada, resulta que mañana viernes van a convertir la sala común de aquí al lado en un pub, y va a haber fiesta. En palabras de la rusa, significa que la gente viene aquí a beber, simple y llanamente. Así que parece que habrá algo de movimiento, ya contaré...

Ayer por la tarde, a última hora, salí a dar una vuelta por los alrededores para ver qué hay y la ciudad mola, lo poco que vi. Por la hora que era no había demasiada gente por la calle, pero los bares estaban llenos. Encontré uno que se llamaba "Caliente - Tapas Bar", con bandera española en la puerta. Prometo ir algún día y contaros si realmente se parece a algo de lo que conocemos, Estocolmo tiene pinta de ser mucho más cosmopolita que Madrid. Gente aún más diferente en el metro, y aún más pintas (os lo juro), y nadie mira a nadie (bueno, yo he sentido varios pares de ojos taladrando mi chupa de cuero como si de "El Cuervo" se tratase). Y en cuanto a las suecas... pues hay de todo, como en botica. Mucha gente de origen extranjero, pero de las suecas suecas, del verbo sueca, hay auténticos bellezas. Imagino que es porque aquí son así y nos parecen diferentes y por eso nos molan, pero vamos, nada nuevo bajo el sol (y eso que son muchas horas de sol ahora...). Luego por la noche quedé a las 23:30 (anocheció del todo a eso de las 22:30) con Erik, un amigo mago que vive por aquí, y estuvimos tomando cerveza en un bar medieval llamado "Sjätte Tunnan" cuyo nombre en sueco venía a significar "El Sexto Tonel", y tenía varias plantas con escaleras, gran parte excavado en la roca, con decoración medieval, escudos vikingos, cartas en pergamino con tipografía escandinava y conciertos en directo con instrumentos extraños, muy de puta madre (para quien le interese, aquí está su página web: http://www.sjattetunnan.se/). Después, cuando cerró ( a las 1:00) fuimos a otro, un "after", donde el puerta nos examinó los ojos para ver si íbamos demasiado borrachos para entrar y una vez dentro pedí "dos cervezas, por favor" en sueco ("Två öl, tack") y me entendieron, y estuvimos charlando largamente de todo un poco, y hasta nos hicimos magia y todo. A las 3:00 cerraron el sitio y cuando salimos ya había amanecido, flipante. Yo ya sabía cómo iba a ser esto, pero una cosa es saberlo y otra es vivirlo. Nos fuimos al metro, que afortunadamente seguía abierto por ser víspera de fiesta, donde una sueca muy guapa pero muy borracha llamada Denise iba suplicando (literalmente) tabaco. Allí nos separamos Erik y yo, cada uno por su lado. Y claro, yo que ando en la parra no cambié de línea en T-Centralen y me fui otras dos paradas en otra línea que no tenía nada que ver con la mía. Pero la verdad es que estos tíos tienen un metro que va hiper rápido no sólo en trayecto, sino en frecuencia de trenes, y no tardé casi nada en volver al punto donde tenía que cambiar. Después volví andando desde el metro y ya sí que era completamente de día (las 4:00 de la mañana...), y no había casi nadie por la calle.

Y esta mañana me he despertado sin ninguna prisa a eso de las 13:00, y a ver cuánto da de sí el día.

De momento nada más. Que lo paséis muy bien, cuidaos mucho, sed felices y pasad buen fin de semana. Ya os iré contando más cositas.

¡Besos a todos/as!

[2ª PARTE]

[No os imagináis la dificultad de escribir esto desde el teclado de un sueco; los caracteres como acentos y demás tienen una localización distinta, claro, aunque al menos tienen la posibilidad de escribir la Ñ].
 
SEGUNDO DÍA.
 
Aún no ha acabado, pero ya van cosas interesantes, al menos para mí. Me levanté esta mañana a eso de las 13:30, sin prisa, pues no iba a hacer nada. Había quedado con Erik en vernos para hacer nada concreto, así que después de la hora de comer (sin comer) nos vimos en Huddinge, al sur de la capital Sueca, cerca de la casa de su hermana (él había ido allí a cuidar las plantas porque su hermana está de viaje). Así que quedamos por allí, por lo que tuve que coger el Pendeltåg, lo que viene siendo el Cercanías de aquí, y después de unos 20 minutos nos vimos y fuimos a comprar al supermercado. Nos aprovisionamos de una buena cena cárnica y hemos venido a casa de su hermana a preparar la cena (ya sabéis lo que es la cena en Suecia, en cuanto a la hora, me refiero). De paso he pillado unas cuantas cosas para los próximos días en el Karolinska, unos filetes de pollo, un poco de queso, cositas para ensalada... Lo normal, vamos.
 
Y lo más guay, nos hemos pegado una buena sauna. Claro, en Escandinavia es muy normal, muy común, aunque cada país tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, en Suecia son los únicos que le dan un nombre diferente; la palabra sueca para sauna es "bastu", que procede de "badstuga", y que viene a significar algo así como "casa de baño". Este sitio es como el campo, pero sin el como, con casas unifamiliares adosadas dos a dos. Y cada casa normalmente tiene su propia sauna, así que es lo más normal del mundo darse un buen baño de vapor. Claro, lo más cómodo es desnudarse del todo, porque si no la toalla es muy pero que muy molesta. Así que allí me encontraba yo, sentado junto a mi rubio amigo, en una sauna flojita (sólo 60 grados), aunque era mi primera vez, los dos en pelota picada, bebiendo cerveza, comiendo gajos de naranja (parece ser que es también muy común, lo que no me extraña porque resulta muy refrescante) y comiendo una salchicha sueca picante (ya os estoy viendo haciendo chistes, así que absteneos), que por cierto también estaba cojonuda. Y después de eso a relajarse, a preparar la cena (una barbacoa con lo que habíamos comprado) y ahora veremos qué hacemos luego. Seguramente me quede aquí a dormir porque el último autobús pasa dentro de un rato y no dará tiempo.
 
Ah, y ya tengo mi número sueco, por si alguien lo quiere (aunque desde España costará también un ojo de la cara, jeje).
 
Mañana quedaré con Abraham, el mejicano, y nos iremos a cenar y tomar cervezas, seguro que mola (aunque él va a ir a currar antes, y eso que es fiesta). Ya iré contando de nuevo.
 
Hej då!!

[3ª PARTE]

DÍA TRES...

Hoy ha sido un día curioso. He vuelto esta mañana de Huddinge, con Erik, me he dado una ducha, he comido algo y me he tomado un café aquí en el Instituto. Después he quedado con Abraham y hemos ido a Gamla Stan (el casco antiguo) a tomar unas cervezas en el "Temple", justo al lado del "After", donde estuve con Erik el miércoles. Hemos estado en la terraza, con calefactores encima de nuestras cabezas. Un sitio peculiar, donde al ser ilegal vender sólo cerveza también venden comida, pero más cara, y donde para entrar al baño tienes que marcar un código electrónico en la puerta que sólo te dan con el ticket de la cerveza (estos suecos son precavidos de la hostia). Después hemos ido a cenar a un buffet vegetariano no muy caro, aunque no hemos podido ponernos hasta el culo porque estaban cerrando y claro, a las 20:00 es muy difícil encontrar algo abierto para cenar, las cosas como son (a las 18:00 como tarde se sirve la cena, el resto de cosas son extrañas aquí). Hemos hablado largo y tendido de los suecos y las suecas, los españoles y las españolas, los mejicanos y las mejicanas y también bastante del trabajo, del laboratorio, el grupo de gente que hay y lo que hacemos cada uno. Hemos discutido profundamente sobre lo que tenemos entre manos y eso que no lo hemos mostrado aún, así que promete ser interesante cuando demos los seminarios.

Después se le ha antojado llevarme a "La Isla", uan discoteca latina donde van las suecas a encontrar alguien con quien bailar. Y os podéis imaginar el percal: un local donde todos los empleados son latinos, una pista de baile alrededor de la cual se pone todo el mundo mirando al centro viendo lo que ocurre dentro, como en los coches de choque de las ferias, y todas las suecas buscando pareja bailonga y todos los tíos buscando sueca cachonda. Y es que literalmente se te acercan y te piden que bailes con ellas (a mí no, afortunadamente, que no sé bailar). Luego hemos estado charlando con el especial de Max, un sueco profesor de español con el que hemos tratado las grandes diferencias histórico-culturales entre Suecia y España, y finalmente hemos dejado el local cuando de la salsa y el merengue han pasado directamente al reaggetón y todas las mujeres estaban enfervorecidas (lo juro). Y mi sorpresa ha sido que toda esa zona estaba sólo a una parada más de autobús que mi recorrido habitual, así que fantástico.

También he estado tanteando cómo va el asunto del transporte para cuando me mude a la residencia, así que puede que me aprenda el camino antes de lo planeado y que tarde aún menos en llegar de lo que pensaba, ya veremos. Ah, y ya tengo mi tarjeta de transporte, súper cómoda; es como una tarjeta de crédito que simplemente la pones sobre el lector y automáticamente detecta todo y te da acceso, ya sea en metro, autobús o tren. Más comodidad imposible, y encima puedes elegir el color que quieras... XD

Creo que echaré de menos esta habitación, y sólo llevo aquí dos días... Qué se le va a hacer...

Hej då!!

[4ª PARTE]

Y hoy un día aburrido. Me he levantado pronto, para lo que viene siendo habitual en mí. He cogido mi cámara y  me he ido al centro, a la ciudad vieja, Gamla Stan. Me he dado una vuelta por el casco antiguo y he hecho unas cuantas fotos que podéis ver en el álbum. Entre Slussen y Gamla Stan hay un paisaje bonito, el agua, los barcos, las callejuelas, los edificios. Estocolmo tiene su encanto, sobre todo porque yo no sabía lo que me iba a encontrar aquí, y ahora ya estoy viendo cómo es. Creo que lo mejor de estar fuera de casa es moverse. Aunque tengas ganas de quedarte en tu cuarto descansando, es necesario darle vidilla al cuerpo y salir, dar uan vuelta, pasear, hacer acto de presencia, ver cosas, gente, lugares... Si no, te enrancias y no ves nada, no haces nada, no avanzas, y te sientes poca cosa.

Desde que he vuelto (en autobús, ya conozco más o menos la ruta hasta aquí sin demasiado problema) no he hecho nada concreto. Tengo que revisar el tema de la cocina para ponerla en marcha porque lo cierto es que no funciona, tendré que enterarme si he de hacer algo, que estos suecos son muy raros. He hojeado el mapa de la ciudad y he visto algunos sitios interesantes para visitar y algunas cosas curiosas que hacer. Me reservo esa información para cuando lo haga y poder contarlo, no vaya a ser que la fastidiemos por alzar mucho la voz, que suele ocurrir.

No tengo mucho que contar, y seguramente mañana sea más de lo mismo. Las cosas cambiarán a partir del lunes cuando empiece a trabajar en el laboratorio. Seguiremos informando.

Hej då!!

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